Desde la celebración, el pasado 21 de febrero, de la Comisión de Desembalse de la Cuenca del Guadalquivir la situación ha mejorado ligeramente. Debido a las escorrentías en presas como Portillo, Iznájar, Tranco, Giribaile o Iznájar entre otras, la demarcación tiene 50 hm3 más embalsados y el sistema de regulación general 37 hm3 más. El año pasado para esta fecha el SRG tenía 1260 hm3, frente a los 1274 hm3 que tenemos este año. Es decir, la situación ya es ligeramente mejor que el año pasado y es también mejor al peor de los escenarios planteados por el organismo de cuenca (reservas de 1230 hm3 y un desembalse de 385 hm3).

Aunque quizás lo más positivo es que las tierras están cargadas de agua, por lo que futuras precipitaciones se traducirían en escorrentías y nuevas aportaciones a los embalses, lo que conduciría a una mejora de las dotaciones.

El jefe de la Oficina de Planificación de la CHG informó además que la previsión estacional, según algunos modelos meteorológicos, es de un marzo y abril más húmedos de lo normal. Ojalá así sea, pero lo cierto es que a día de hoy la situación hidrológica sigue siendo muy preocupante. Y en esta situación, no nos queda más remedio que pedir a nuestros regantes que realicen una planificación de cultivos muy prudente.