Los regantes del Bajo Guadalquivir están indignados y no les faltan razones. Las obras de interconexión del canal con el embalse de Torre del Águila no parecen terminar nunca, y eso significa que no se ha podido bombear ningún metro cúbico durante este invierno, a diferencia de lo ocurrido con otros embalses como San Rafael, Arenoso y Breña II, que sí han bombeado en su conjunto más de 40 hm3.

A eso hay que añadir que el embalse de Torre del Águila mantiene un caudal ecológico prácticamente permanente desde primero de octubres, que se sitúa en torno a los 13.000 m3 diarios, frente a una aportación media de 0,7 m3 diario, lo cual en la circunstancia de escasez que padecemos no tiene lógica alguna. Y no solo no tiene lógica, sino que es ilegal y contrario a la normativa sobre caudales ecológicos, que limita el volumen de las salidas al de las aportaciones o entradas.

Y esto está ocurriendo además en un contexto de sequía gravísima y siendo el embalse de Torre del Águila el segundo en niveles más bajos de toda la Cuenca, con 1,67 hm3, apenas el 3% de su capacidad. Por ello, desde Feragua urgimos a la CHG a que reduzca al mínimo los caudales ecológicos, así como a la terminación urgente de la infraestructura de interconexión del canal con el embalse.