El regadío demanda un plan de balsas y considera que debe ser planteado como un elemento crucial para la modernización del regadío español.
La Comisión Permanente de Fenacore mantuvo hace unos días una reunión con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en la que se trató la delicada situación que vive la agricultura de riego en la mayor parte de España. En el encuentro, Planas apostó por la modernización de regadíos y aseguró que las inversiones previstas hasta 2027 representan “el plan más ambicioso en la historia de la democracia”. Un plan con una inversión público-privada que se elevará por encima de los 2.400 millones de euros, con fondos públicos procedentes de diferentes fuentes de financiación como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) o los fondos europeos FEADER.
El objetivo pasa por modernizar los sistemas de riego de más de 700.000 hectáreas agrícolas, de las que 200.000 se modernizarán por primera vez. Las inversiones previstas para mejorar los sistemas y estructuras de riego permitirán un ahorro de agua mínimo del 10 % respecto a la situación de partida. El ministro también ha incidido en el “papel protagonista” que va a tener la utilización de fuentes de aguas no convencionales, como las regeneradas o las desaladas, así como la promoción del empleo de energías de origen renovable en sus sistemas de producción.
Planas avanzó que, a partir de este año, los integrantes de la Mesa Nacional de Regadío contarán con los primeros resultados del Observatorio de la Sostenibilidad del Regadío. Su finalidad es proporcionar información objetiva y relevante para todos los agentes de este sector. Esperemos que sus resultados sirvan también para poner en valor la actividad agrícola desde el punto de vista ambiental, que falta nos hace, ante la evidente contaminación de planteamientos ecologistas que vienen sufriendo las políticas hidráulicas en los últimos años, siempre a coste de los intereses del regadío, presentados como enemigos de la naturaleza y la biodiversidad, cuando somos justamente lo contrario.
El ministro incidió en que la menor disponibilidad de recursos hídricos como consecuencia del cambio climático hace necesario más que nunca promover una política de regadíos basada en la modernización sostenible de sus infraestructuras, así como en la incorporación de nuevas tecnologías digitales y la instalación de fuentes de energía renovables. Estamos de acuerdo, pero también hace más necesario contar con nuevas infraestructuras de almacenamiento, presas y también balsas, que deben empezar a ser consideradas como partes de la modernización del regadío.