El precio de la electricidad, algo tan de moda en los tiempos que corren.

Siendo innumerables días batiendo el récord histórico del precio de la electricidad en el mercado mayorista (el “pool”), y que cuando no lo hace es debido a la pequeña tregua que nos proporciona el fin de semana o una penetración renovable mayor, el comunero sigue con la incertidumbre de cómo le afectará toda esta situación en su actividad.

En este artículo, intentaremos resolver algunas de las cuestiones que todo el mundo se pregunta como son: “¿por qué tan alto el precio en el mercado mayorista?”, “¿cómo me afecta a mí?”, “¿cómo me afectará en un futuro próximo?”, o “¿me interesa invertir en energías renovables?”. Hablaremos sobre el término variable de la factura de la luz: la energía.

En primer lugar, y antes de responder a este tipo de preguntas, habría que poner en contexto algunas nociones básicas de este sector tan sonado en la actualidad, que es el mercado eléctrico.

Una noción muy importante, es como se confecciona el precio de la electricidad a diario en este mercado, o “pool” a partir de ahora. El pool es un mercado marginalista en el que se establecen los precios de la electricidad para las 24 horas del día siguiente a través de la casación entre la oferta y la demanda. Pero, ¿cómo se lleva a cabo?

Se identifican 2 principales protagonistas:

• Generadores (OFERTA). Se encargan de ofertar la energía que producen en sus plantas. Estas ofertas se ordenan de menor a mayor precio, de tal manera que siempre venderá su energía en el pool una planta cuya generación es barata a una cara. La horquilla de precios a la que pueden ofertar es de -500 a +3.000 €/MWh.

• Comercializadoras (DEMANDA). Se encargan de realizar las ofertas en el mercado de la cantidad de energía que prevén para sus clientes y al precio que están dispuestos a pagar por ella. Estas ofertas se ordenan de mayor a menor. La horquilla de precios a la que pueden ofertar es también de -500 a +3.000 €/MWh.

Obviando las líneas finas de la gráfica que se escapan al alcance de lo que pretende este breve artículo, se aprecia una línea gruesa verde correspondiente a las ofertas de venta de energía de los agentes generadores, y una línea gruesa azul correspondiente a las ofertas de compra de las comercializadoras. El punto en el que ambas confluyen, es aquel que dictamina el precio resultante para esa hora y la cantidad de energía. En este ejemplo en concreto de hace un año, para la hora 16 (15:00-16:00) del 01/09/20, se negociaron +30GWh de energía a un precio de 47€/MWh. Este mismo proceso se realizar para las 24 horas del día, y el promedio de los 24 precios resultantes, sería el precio de la electricidad en el mercado mayorista para el día en cuestión.

En la gráfica anterior vemos como la situación hace un año era muy distinta a los 130 – 140 €/MWh a los que se negocia actualmente. Con esto damos pie a la primera de las preguntas que se plantean:

 

“¿Por qué tan alto el precio en el mercado mayorista?”

Uno de los motivos es la escasa penetración renovable en el sistema. Si bien es cierto que los meses de verano son meses en los que la fotovoltaica toma gran protagonismo, la eólica, que además tiene una potencia instalada mayor en el sistema, decae. En la curva anterior, si hiciésemos desaparecer parte de la generación que oferta a ~0€/MWh, esta curva se desplazaría a la derecha. Esto se traduce en que entran en juego antes las tecnologías de generación más caras, por ende, el precio sube.

Además, en la actualidad sucede que las reservas de gas a nivel europeo están bajo mínimos, por lo que el precio de esta materia prima afecta y de manera muy directa a los mercados de electricidad. Las últimas centrales en entrar en la curva de oferta de venta pueden ser, entre otras, las que trabajan con gas: los ciclos combinados.

Otros motivos que son dignos de mención son los altos coste las emisiones de CO2, el coste de oportunidad de las hidroeléctricas que entran a participar en el mercado a precios del gas, y la recuperación de la demanda post-pandemia, pero prácticamente cada uno de los motivos citados daría para un artículo propio.

En definitiva, la respuesta a esta pregunta es que actualmente nos encontramos inmersos en una tormenta perfecta que propicia unos precios desorbitados. Todos estos motivos suceden a nivel europeo y cabe destacar que es un suceso mercantil, que no político, aunque sí está en manos de estos la disminución de la factura eléctrica. En España, la factura de la luz cuenta con triple impositivo: Tasa municipal (1,5%), Impuesto Eléctrico (5,11%) e IVA (21%). Siendo la electricidad un bien necesario, y el sector primario un sector cuya actividad genera bienes necesarios que posteriormente se venden con IVA reducido o superreducido, ¿no sería conveniente aplicar un impuesto acorde a esta actividad?

Mi respuesta es clara: SÍ.

 

“¿Cómo me afecta a mí?”

Hemos hablado del mercado mayorista, pero, ¿y qué es del pequeño consumidor? Porque de seguro que esta situación me afecta… o no.

Para saber cómo nos afecta estas variaciones en el mercado mayorista a los consumidores y domésticos, habría que hablar de los contratos de suministro eléctrico que nos proporcionan las comercializadoras. La comercializadora es el intermediario entre mercado mayorista y el consumidor.

Hablaremos de dos tipos de contrato que existen en la actualidad y que son más conocidos:

• El contrato a precio fijo, es aquel que recoge un precio para cada periodo que se mantiene a lo largo de la duración del contrato. Independientemente de si el mercado mayorista sube o baja durante el transcurso de tu contrato, cada mes te llegará una factura que multiplicará el precio por periodo recogido en el contrato, por la cantidad de energía consumida por periodo.

• El contrato con precio indexado a pool, es aquel que sí está sujeto a variaciones de mercado. Como bien explicamos anteriormente, cada hora tiene asociada un precio del mercado mayorista, que se suma a los peajes y cargos (precios regulados por el Estado) asociados al periodo de la hora en cuestión, y más términos los cuales no compete este artículo. De esta manera, se confecciona un precio para cada una de las horas del periodo de facturación, que multiplicado por la cantidad de energía que se consume en cada una de las horas, resulta el coste total de la energía en dicho periodo.

Si nuestro contrato de suministro eléctrico es acorde a esta última modalidad, por supuesto nos afectan las variaciones de mercado. La única actuación que pudiera estar en nuestras manos a la hora de negociar un contrato de suministro eléctrico es la de mejorar condiciones como márgenes de comercializadora, puesto que la situación del pool parece que no mejorará a corto plazo.

Sin embargo, si en la actualidad nos encontramos con que nuestro contrato es de precio fijo, las variaciones en el mercado mayorista no nos afectan. Es más, si los precios de nuestro contrato se negociaron con antelación al comienzo de esta hecatombe, contamos con unos precios de la electricidad mucho más baratos y competitivos que cualquier contrato que se negocie a partir de ahora. Lo cual da pie a la última pregunta.

 

“¿Cómo me afectará en un futuro próximo?”

Como se comentó anteriormente, la situación en el pool no parece que vaya a mejorar a corto plazo. Si bien es cierto que los siguientes meses se podrán ver precios más relajados debido a la penetración de energía eólica (octubre y noviembre son buenos meses para esta tecnología) y la disminución de la demanda con la suavización de las temperaturas, el problema del gas y del coste de emisiones parece que persistirá.

Volviendo a las modalidades de contrato mencionadas en el apartado anterior, aquellos que se atengan a un contrato de precio indexado a pool, seguirán sujetos a las variaciones de mercado, tal y como dicta esta modalidad. Pero aquellos cuyo contrato sea de la modalidad de precio fijo, pasarán de tener unos precios de la electricidad muy competitivos, a unos precios identificados con la tónica alcista del mercado si negocian su contrato a un año vista (contrato anual). Se podrán ver precios más competitivos si negociamos nuestros contratos a precio fijo a 2-5 años, pero también en ese periodo de tiempo se puede revertir la situación y que veamos precios similares a los de 2020.

Por tanto, no hay una respuesta certera a esta pregunta. Prácticamente ni con una bola de cristal. Siempre es interesante estar bien asesorado o informado con respecto al sector para entender a lo que nos enfrentamos y combatirlo en las mejores condiciones posibles.

 

“¿Me interesa invertir en energías renovables?”

Nuevamente, nos encontramos con una pregunta que debe estar encima de cualquier mesa. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, la inversión en energías renovables es LA solución. Pero desde el punto de vista económico, este tipo de inversiones es objeto de estudio para cada punto de suministro, puesto que cada uno atiende a unos patrones de consumo que satisfagan las necesidades de sus explotaciones.

Si bien es cierto que, con el cambio de tarifas, la distribución de los nuevos periodos, y estos precios de mercado, debe ser una opción a tener en cuenta el acometer estas inversiones en instalaciones de energía renovable. La mayor beneficiada es la energía solar fotovoltaica, ya que los periodos de amortización se acortan cuando el precio de la electricidad es caro, y además nos ayudan a abaratar la factura de la luz. En la actualidad, este periodo puede llegar a ser de entre 4,5 – 7 años, con un retorno muy significativo.

La instalación de plantas de energías renovables e innovación en el campo es un reto que muchos piensan que sucederá a futuro, pero que realmente es de primerísima actualidad.

 

Gabriel Flores Andújar
Responsable de Dpto. de Ingeniería en AGROENER

 

Fuentes:
https://www.omie.es/es/market-results/daily/daily-market/aggragate-suply-curves?scope=daily&date=

https://www.esios.ree.es/es/analisis/600