Hace falta remontarse trece años para encontrar una situación hidrológica similar.

El Sistema de Regulación General no se encontraba en una situación tan precaria desde 2008. Ese año, cuando llegamos a octubre, los embalses de la Cuenca, al 21%, contaban con 1.022 hm3 embalsados. La situación, hoy, con todo el mes de septiembre por delante, no es mucho mejor: estamos al 22%, contando con 1.270 hm3. Cuando acabe la campaña, estaremos en niveles muy similares a aquellos de 2008.

El Plan Especial de Sequía contempla la declaración de sequía para aquella cuenca que permanezca dos meses por debajo de 1.480 hm3. Desde principios de agosto, el nivel de embalsamiento bajó de ese límite. Dado que agosto y septiembre son meses sin probabilidad real de lluvia, la declaración de sequía debe aprobarse cuanto antes. Su postergación es el aplazamiento de lo inevitable y supone en la práctica demorar una respuesta que se necesita ya.