Se suman a las ya presentadas para el Guadalete-Barbate y Guadalquivir y a las que presentaremos en el Tinto-Odiel y Piedras, actualmente en consulta pública.

Feragua ha presentado sus alegaciones a los Mapas de Peligrosidad y Riesgo de Inundación de la Cuenca Mediterránea Andaluza, que, como ocurría con los documentos equivalentes para la Cuenca Guadalete-Barbate y Guadalquivir, se caracterizan por una excesiva delimitación de las zonas inundables y del dominio público hidráulico, que abren la puerta a una conflictividad social innecesaria.

Y es que la calificación de zona inundable de ciertas zonas agrícolas y ganaderas de las riberas condiciona de forma importante la nueva o modificación de construcciones agropecuarias, reduciendo el valor patrimonial de los terrenos y causando un impacto social y económico muy significativo. Algo parecido ocurre con la delimitación del dominio público hidráulico probable: zonas todas de propiedad privada, que podrían hacerse públicas sin compensación o contraprestación alguna para los legítimos propietarios.

Como en los casos anteriores, hemos demandado a la administración que usen para sus criterios hidromorfológicos, de modo que el Dominio Público Hidráulico coincida con el río y sus riberas laterales y no generar conflictividad innecesaria. Asimismo, pensamos que la delimitación de las zonas inundables debe basarse en datos reales y no en modelos teóricos que no tienen en cuenta la realidad ni tampoco consideran las obras de regulación y de protección de avenidas.

Finalmente, llama la atención el doble rasero en relación con el cambio climático, que la administración utiliza siempre para restringir derechos al regadío, nunca para ampliarlos. Si se va a producir una menor precipitación y consecuentemente unos menores caudales fluyentes, lo que no tiene sentido es que se considere para restringir las asignaciones de recursos, pero no para el cálculo de las zonas inundables y el dominio público hidráulico. El mismo criterio debe usarse siempre.