La agricultura del siglo XXI es cada vez más consciente de la importancia de ir aumentando progresivamente la eficiencia en el riego de los cultivos. Para ello, además innovar en la propia tecnología de los sistemas de riego para alcanzar la más alta calidad y eficiencia, en Regaber estamos trabajando cada día más intensamente en el desarrollo de soluciones que permitan tener un control total de lo que ocurre con el agua aplicada.

Estas soluciones, englobadas bajo el concepto de Smart Irrigation o Riego Inteligente, se basan principalmente en la monitorización en tiempo real de lo que está ocurriendo en el suelo y en el cultivo. Esta monitorización se realiza a través de diferentes tipos de sensores cuya información se recoge y almacena en la nube, para poder acceder a ella desde cualquier dispositivo (ordenador, smartphone, tablet, …).

Esta información permitirá al agricultor tomar decisiones en base a los datos que miden los sensores, conociendo la humedad del suelo, la profundidad que ha alcanzado el agua, el estado del cultivo y una amplia variedad de parámetros, en función del tipo de sensores instalados.

Todos estos datos permitirán ir ajustando y personalizando las necesidades de riego a las características específicas de cada explotación en cuanto a tipo de suelo, edad del cultivo, estado fenológico, técnicas de cultivo, climatología, etc. De modo que, tanto el riego como la fertirrigación, será óptima para cada caso concreto. Con esto se consigue un ahorro de agua y fertilizantes y un aumento de la productividad del agua, es decir aumenta el volumen de producción por metro cúbico de agua aplicado.

Este ahorro de recursos, basado en el conocimiento de lo que está ocurriendo realmente en cada caso concreto, se traduce en sostenibilidad para la agricultura.

Podemos hablar de sostenibilidad ambiental, dado que se administran mejor los recursos, aumentando también la producción de alimentos. Pero también hablamos de sostenibilidad económica de las explotaciones agrícolas, ya que la inversión en estos sistemas se convierte en una herramienta para optimizar gastos y obtener una mayor rentabilidad de las explotaciones.