Hay que cambiar el concepto. De la campaña de riego al año de riego. El cambio de cultivos y de sistemas de riego ligado a la modernización invita a evolucionar en la planificación de los desembalses, que ya no puede realizarse sólo pensando en el período de mayo-septiembre.

La modernización del regadío andaluz se está traduciendo en que de los cultivos continentales estamos pasando a cultivos hortofrutícolas que generan mayor valor en mano de obra, riqueza y aportación a la exportación. Pero estos cultivos necesitan agua todo el año. Lo normal es que en otoño e invierno llueva y se cubran las necesidades de forma natural. Pero, si no hay lluvias, hay que proporcionar a estos cultivos el agua que necesitan, prolongando el suministro de agua para riego.

Cuencas como el Júcar y el Segura ya vienen trabajando así y aprueban dotaciones de riego durante todo el año, y es un modelo hacia el que debemos tender también en el Guadalquivir, celebrando comisiones de desembalse durante todo el año y acortando los plazos de celebración de estas cuando sea preciso por la meteorología.