Con las reservas conjuntas en los embalses del Andévalo y del Chanza en apenas 550 Hm3, la amenaza de restricciones se cierne de nuevo sobre el regadío onubense a partir de enero ante la desidia de las administraciones. Es por ello que Feragua quiere mostrar todo nuestro apoyo a las CCRR de Palos de la Frontera, El Fresno y El Fresno Guadalquivir en su protesta por la situación de parálisis en la que se encuentran las tres infraestructuras hídricas clave de las que depende el futuro hídrico de la provincia y se suma a ellas en su demanda de que comiencen las obras cuantos antes.

Lo que ha pasado con el Túnel de San Silvestre es algo incomprensible. Esta obra, que fue adjudicada a Sacyr por el MITECO en abril de 2023 (¡hace casi tres años!), y que tenía un plazo de ejecución de 30 meses (¡o sea prácticamente el tiempo desde el que lleva adjudicado!, sigue en “dique muerto”. Debería haber finalizado pero todavía sigue sin comenzar. Y todo ello sin que el Ministerio haya dado la menor explicación de semejante retraso no haya ofrecido previsiones o calendario para su ejecución y puesta en servicio.

Desde Feragua exigimos al Gobierno de la nación el inicio inmediato de las obras, así como la revisión, en paralelo, de su Declaración de Impacto Ambiental, de forma que se permita el uso del túnel actual para los casos de necesidad o mantenimiento, y que no se limite su capacidad de transporte y distribución de los 20 m3/sg para los que ha sido diseñado.

La situación de Alcolea no es menos surrealista. La Junta de Andalucía anunció su intención de asumir el coste de ejecución de esta obra y presuntamente acordó con el Ministerio la firma de un convenio según el cual, a cambio de la financiación aportada por la administración andaluza por este proyecto, el Estado aportaría una financiación equivalente en el desarrollo de otros proyectos de mejora y modernización de la zona. El caso es que el anunciado convenio no se acaba de firmar y Alcolea, una obra que fue paralizada cuando llevaba ejecutada sólo el 25% de la obra, sigue en la misma situación en la que lleva desde hace años, o sea, completamente parada. Cuando todo parecía arreglado, cuando desde Gobierno y Junta de Andalucía se anunciaba que la firma del convenio se produciría de un momento a otros, hemos sabido que el Ministerio ha desconvocado de forma unilateral la reunión en la que se iba a producir la firma del acuerdo. Ver para creer.

Y finalmente está el caso de Bocachanza II, donde las dos administraciones deben ponerse también de acuerdo para una obra imprescindible para poder almacenar agua y tener más recursos hídricos que los actuales. Desgraciada e incomprensiblemente desde el mes de abril el bombeo del Bocachanza está paralizado por culpa de “falta de entendimiento” entre las administraciones estatal y regional. Una situación que está provocando diariamente la pérdida de unos volúmenes de agua esencialmente para disponer de mayor garantía de suministro a todos los usuarios, y que ayudarían a no estar ya en “estado de prealerta”.

Finalmente, las anunciadas inversiones en regeneración y desalación de la que iba a ser la legislatura del agua en Andalucía tampoco se están dejando sentir en la provincia de Huelva como esperábamos. Un déficit de inversiones e infraestructuras que no solamente afecta directamente a la agricultura, sino que es una limitación a todos los sectores productivos de la provincia de Huelva, desde la Industria al Turismo, e incluyendo los proyectos que se antojan claves para el futuro de la economía onubense como los relacionados con el Hidrógeno Verde.