El consumo de agua se mantiene en todas las cuencas andaluzas por debajo de la dotación aprobada, como resultado de la responsabilidad de todos los regantes, el retraso en la siembra y los niveles de humedad de suelo tras las lluvias de marzo. En lo que va de campaña (aunque el concepto de campaña es muy relativo en Huelva y el litoral mediterráneo), del 1 de mayo al 11 de junio, los embalses andaluces han descendido en 302 hm3 su nivel de almacenamiento, el 2,5% de su capacidad. Todas las disminuciones son, pues, moderadas, inferiores a lo previsto.
Los del Guadalquivir, según los datos del organismo de Cuenca, han bajado 225 hm3, un 2,8%. En la Regulación General, sistema del que depende la mayor parte del regadío, de los 1.200 hm3 aprobados en la Comisión de Desembalse del 29 de abril, se llevan consumidos alrededor de 180 hm3. Dicho de otra forma, transcurrido el 20 % del tiempo de la campaña, llevamos un 15% de consumo. Y eso, a pesar de que la precipitación media durante mayo en los embalses del Guadalquivir ha sido de 30 l/m², un 25 % inferior al promedio histórico del mismo mes.
Datos alentadores que nos permiten pensar que tendremos una campaña óptima, próxima a la normalidad, sin ningún tipo de restricciones. Confiamos, asimismo, en poder disponer, si son necesarios, de los 50 hm3 previstos para octubre para riegos en aquellos aprovechamientos que no hayan consumido su dotación. Debemos destacar asimismo que se ha concluido el llenado de tablas del arroz sin consumir más de lo previsto y los niveles de salinidad en el estuario son óptimos para el desarrollo de este cultivo.
En relación con el resto de cuencas andaluzas, los descensos en el nivel de embalsamiento son similares al del Guadalquivir. El Guadalete-Barbate ha bajado 35 hm3, un 2,1% de su capacidad. El Tinto-Odiel-Piedras es el que más ha disminuido su nivel, un 3,1%, con 35 hm3 menos. En cambio, las cuencas mediterráneas andaluzas prácticamente están como estaban: sólo han perdido 7 hm3, lo que no llega al 0,1% menos.