El inicio de la campaña en la Cuenca del Guadalquivir ha estado marcado por el descenso muy leve en el nivel de llenado de los embalses. En concreto, desde el 1 al 21 de mayo, la Cuenca ha pasado de estar al 61,18% de su capacidad a estar al 61,04%, apenas 0,12 puntos por debajo. En la Regulación General, que abastece al regadío, la reducción ha sido igualmente muy  moderada. Los embalses de este sistema han bajado sólo 0,20 putos, del 51,82% al 51,62%.

Ambos descensos (11  hm3 a nivel de Cuenca y 9 hm3 a nivel de Regulación General) son anormalmente bajos y se deben a las temperaturas relativamente frescas que hemos tenido hasta esta última semana, a la humedad del suelo y a las aportaciones que han seguido llegando a los embalses como consecuencia de las últimas lluvias. También a otros dos factores importantes como son el desarrollo tardío de los cultivos (las precipitaciones obligaron a retrasar la siembra) y la responsabilidad de los regantes.

En cualquier caso, será inevitable que en las próximas semanas veamos un descenso en el nivel de embalsamiento más acusado y acelerado. Durante los primeros quince días de mayo se ha soltado unos 3hm3/día que ya están creciendo y poniéndose en guarismos más  habituales para la época, conforme las temperaturas se van elevando, se van aumentando las demandas de los cultivos y las salidas van dejándose de compensar con entradas de aguas de escorrentías.

Sin embargo, hay algunos sistemas que se verán sometidos a fuerte restricciones.

Nos referimos a los regantes de Cubillas Bermejales, San Clemente, Hoya de Guadix y usuarios del Negratín Almanzora, para los que pedimos nuevamente la exención de cánones y tarifas.