Ni el más optimista hubiera podido predecirlo en febrero. Las precipitaciones de marzo y abril dieron un vuelco tal a la situación hidrológica que la Comisión de Desembalse aprobó unas restricciones mínimas del 8,5% para la Regulación General, con una dotación de 5.500 m3/ha y un desembalse de 1.200 hm3, más 50 hm3 para los riegos de otoño. Para el arroz, se autorizó un volumen máximo de 363,0 hm3.

No se vivía una situación así en la Cuenca desde 2019. Entonces, tuvimos un desembalse ligeramente superior, de 1.285 hm3, pero una dotación menor, de 5.400 m3/ha. Con las precipitaciones que se han producido desde la fecha de celebración de desembalse, prácticamente podemos dar la campaña como una campaña de riego normal, que, así dicho, y después de seis años de severas restricciones, nos parece a los regantes algo muy excepcional.

Solo algunos sistemas de explotación de Granada como Hoya de Guadix, San Clemente, Colomera-Cubillas, mantendrán las restricciones, al igual que los usuarios del trasvase Negratín-Almanzora, que no podrán trasvasar recursos.