Los medios de comunicación se llenan de titulares anunciando el fin de la sequía. El País, por ejemplo, sentenciaba: “las últimas lluvias entierran la sequía y disparan las reservas de agua embalsada”. Lástima que no sea verdad. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir informó en la Comisión de Desembalse de la situación hidrológica en la Cuenca, que es terriblemente dispar. Como media, los embalses de la Cuenca están al 48% de su capacidad, pero, mientras que algunos sistemas como el Viar o el Bembézar están muy bien, otros están muy mal. Y la Regulación General, que suministra agua a más del 80% del regadío, está de regular para abajo. En concreto, al 37% de su capacidad. En general, como las precipitaciones han estado concentradas en la parte más occidental, han aumentado las reservas de Sevilla, Huelva y, en menor medida, Córdoba, mientras que en la zona de Jaén y Granada se mantienen más bajos los niveles de agua almacenada.
Así las cosas, lo que garantiza la CHG en la Regulación General, de momento, es un 30% de las dotaciones, unos 2.000 m³ por hectárea. No obstante, por cómo están subiendo las reservas con las últimas lluvias, a razón de casi 5 hm³ a la hora, y por las lluvias que puedan llegar en marzo y abril, existe confianza en el organismo de Cuenca de que se pueda llegar a una dotación del 50%. Para llegar al nivel del año pasado, en el que las dotaciones fueron de un 66,7%, 4.000 m³ por hectárea, se necesitaría embalsar a día de hoy unos 200 hm³ más en el Sistema de Regulación General, donde están los embalses grandes y de cabecera, algo que consideramos muy factible de conseguir con las persistentes lluvias.