Febrero se despide esta semana y no parece que vaya a hacerlo dejándonos los embalses más llenos. Enero fue un buen mes en aportaciones, pero febrero no lo ha sido. Por lo que la situación hidrológica sigue siendo muy preocupante para el regadío andaluz. Estamos significativamente mejor en todas las cuencas, pero, salvo en el Tinto-Odiel-Piedras, donde sí es posible que el regadío cuente con dotaciones normales, la previsión, hoy por hoy, para la mayoría de regantes, es que no se verán libres de las restricciones.
La situación de la Regulación General, al 30% de su capacidad, en la Cuenca del Guadalquivir, es fiel reflejo de que la sequía no ha acabado. Al menos para el regadío no lo ha hecho. ¿Y cómo es posible, “con todo lo que ha llovido”?, suelen preguntarnos. La respuesta es muy sencilla: ha llovido sobre todo en la zona noroccidental de Andalucía (Huelva, Sevilla y parte de Córdoba), lo que ha significado aportaciones en los embalses de esas zonas, dedicados principalmente a abastecimiento.
Desde el inicio de la campaña, en octubre, y por lo que hace a la Cuenca del Guadalquivir, la media de lluvias en Sevilla ha sido de 441 l/m2, mientras que en Córdoba, ha sido de 338 l/m2, en Jaén de 216 l/m2, y en Granada de 161 l/m2. Ha llovido en Sevilla el doble que en Jaén y el triple que en Granada, y de ahí que algunos embalses de Sevilla hayan tenido que verter agua, mientras la Regulación General no llega apenas a los 1.700 hm3, el 30% de su capacidad.
En las cuencas litorales andaluzas, la situación ha mejorado significativamente en la cuenca del Tinto-Odiel-Piedras con los embalses por encima del 50 %, próxima a la normalidad y sigue siendo muy preocuparte en Guadalete -Barbate al 30 % y en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas al 29 %, cuyos sistemas de riego se encuentran la mayoría de elles en Alerta, con expectativas de fuertes restricciones.