Las lluvias de los últimos días, especialmente importantes en la sierra de Sevilla y Córdoba, han mejorado algo la situación hidrológica en Andalucía, dejándose notar, en mayor medida, en la Cuenca del Guadalquivir, apenas nada en el Guadalete y Barbate, y, nada en el Tinto-Odiel-Piedras y sobre todo, en la Cuenca Mediterránea Andaluza, donde se sigue perdiendo agua y los sistemas de regadío de una parte de Guadalhorce y Axarquía, en Málaga, por debajo del 15%, y los de Almería por debajo del 7,30 %, se mantienen en situación de emergencia.

No en emergencia pero próximo a ella, en alerta, se mantienen la mayoría de sistemas de regadío del Guadalquivir, así como los del Guadelete-Barbate y Tinto-Odiel-Piedras. Es preciso subrayarlo justo en este momento en que desde los medios de comunicación se insiste en el aumento de las garantías de agua para abastecimiento, que efectivamente se han visto reforzadas tras las lluvias. Pero hay que evitar que la situación de normalidad en que se encuentran estos sistemas de abastecimiento pueda crear la falsa sensación de que la escasez de agua ha dejado de ser un problema en Andalucía, porque no es cierto en absoluto.

A fecha de 18 de octubre, últimos datos disponibles al cierre de esta edición, la Cuenca del Guadalquivir se encontraba al 32%, o sea, solo 2,5% mejor que la semana anterior, aunque sensiblemente mejor que hace un año. Por su parte, las cuencas del Tinto-Odiel-Piedras y del Guadalete Barbate estaban casi igual que hace una semana, un poco peor la primera y un poco mejor la segunda, aunque en ambos casos bastante mejor que hace un año (36 % frente a 29,20% en la primera y 21,2% frente a 15,2% en la segunda). Sin embargo, el litoral mediterráneo pierde no solo en la comparación semanal sino también en la anual: hace un año estaba al 22,23% y actualmente está por debajo, al 22.05%.

Por tanto, la realidad es que los regantes, a día de hoy, seguimos dependiendo de las lluvias. Nada nos garantiza en este momento que volvamos a poder disfrutar el año que viene de una campaña de dotaciones normales, después de seis años consecutivos sufriendo restricciones. De hecho, en el Guadalquivir, la Regulación General, de la que depende la mayoría de los regantes, no ha experimentado una mejora muy significativa, solo un 1 %. Los sistemas para regadío más beneficiados por las lluvias han sido los de Bembézar- Retortillo y Viar, que sí han tenido una mejora significativa, con incrementos superiores al 13% y al 10 %, respectivamente.