El presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, participó en el Foro AgroGO!, de CaixaBank, celebrado en Córdoba, y en el que se analizó el papel que pueden jugar las balsas para paliar el déficit hídrico en la Cuenca del Guadalquivir. Cepeda fue muy directo y, a falta de inversiones en grandes presas, pidió una inversión de 2.000 millones en balsas. “Parece mucho dinero y lo es, pero lo que resulta realmente caro, para las arcas públicas, para el PIB de la Cuenca y para el bolsillo de los contribuyentes, es someterse a los estragos de la sequía. Solo en exportaciones de productos agrícolas, Andalucía ingresa unos 14.000 millones de euros. La reducción a la mitad de las exportaciones, como consecuencia de las caídas de la producción, supone para nuestra Comunidad dejar de ingresar mucho más de lo que cuesta acometer ese plan de balsas. Así que de caro nada. No es gasto, es ahorro, una inversión que la sociedad andaluza amortizaría en poquísimo tiempo”, explicó nuestro presidente.

Actualmente, hay tres embalses aprobados en planificación hidrológica (Recrecimiento de la Presa del Agrio, Presa de San Calixto y Presa de Cerrada de la Puerta) en el Guadalquivir, pero ninguno está actualmente en ejecución. Es más, ninguno tiene proyecto cerrado aún, por lo que no es posible contar con ellos para incrementar la oferta hídrica, dado que sus procesos de tramitación y ejecución son muy largos y complejos. Ante esta situación, y ante la imposibilidad de contrarrestar sólo con medidas de ahorro un déficit que ya es de por sí elevado y que irá a más, la inversión pública en balsas resulta prioritaria.

Con una tramitación menos dilatada y compleja, estas infraestructuras no solo ayudarían a aumentar la capacidad de regulación sino que contribuirían a una mejor gestión de los recursos disponibles, facilitando un mayor aprovechamiento de las escorrentías y una atención más directa y cercana a las necesidades de riego, disminuyendo el tiempo de respuesta entre la petición del regante y el suministro de agua. Asimismo, las balsas funcionan como infraestructuras de almacenamiento de energía, mejorando la eficiencia energética de los sistemas de riego y optimizando su correspondiente coste energético (auténtica espada de Damocles sobre el sector del regadío) y, finalmente, sirven como elementos de decantación de las aguas turbias que llegan, favoreciendo el funcionamiento de los equipos de filtrado y la utilización de sistemas de riego más eficientes, como es el riego localizado.

La sesión del Foro AgroGO! se celebró en Córdoba en la sede de IFAPA y, además de nuestro presidente, contó con la participación de Nuria Jiménez, directora técnica de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir; Emilio Camacho, catedrático de la Universidad de Córdoba; y Joaquín Sánchez, gerente de Wats Técnicas de Ingeniería, todos ellos moderados por Carmen Gutiérrez, socio-director Pwacs Gutiérrez Labrador Legal.