La campaña de riego llega a su ecuador en estos días, después de unos meses caracterizados por la normalidad y el comportamiento ejemplar y responsable de los usuarios de riego, que una vez más están demostrando su compromiso con el ahorro del agua, ciñéndose a las dotaciones establecidas y a las indicaciones recibidas por parte de sus respectivas comunidades.
Todo ello, junto a una planificación de cultivos marcada por la prudencia, se está traduciendo en un descenso de las reservas hídricas incluso más lento de lo esperado, con una situación hidrológica que en general es, en todas las cuencas andaluzas, mejor que la del año pasado, con la única excepción del Mediterráneo.
Así, con fecha de 23 de julio, los embalses andaluces se encontraban al 35,5% de su capacidad, doce puntos por encima del año anterior. El Guadalquivir es la Cuenca donde la mejora es más sustancial, pues en estas mismas fechas del año pasado se encontraba al 21,3%, estando ahora al 37,7%. Ligeramente mejor está tanto el Tinto-Odiel Piedras (del 36% al 42%) y como el Guadalete Barbate (del 20% al 25%), mientras que en el Mediterráneo los embalses están dos puntos por debajo (del 30 al 28%).
Esperemos que el otoño llegue cargados de lluvias que nos permita, por fin, retornar a la normalidad y a las dotaciones plenas para el próximo curso.