A pesar de la mejoría ostensible con respecto al año anterior, las restricciones vuelven a ser, una vez más, la realidad de la campaña de riego en todas las cuencas andaluzas. Los meses de abril y mayo han venido secos y todos los órganos de gestión celebrados (comisión de desembalse en la cuenca del Guadalquivir y comités de gestión de Sequía en las cuencas litorales andaluzas) han confirmado los recortes en las dotaciones.

En el Guadalete-Barbate, las restricciones alcanzan el 50%. Es decir, la mitad del agua necesaria, que se dice pronto. Es cierto, que iba a ser mucho peor (restricciones del 75%), pero va a ser una campaña muy dura para los regantes de los dos sistemas de la cuenca. Y eso a pesar de que la situación hidrológica ha pasado de escasez grave a escasez severa. Y en el Mediterráneo otro tanto, aunque la situación es más variable, con sistemas en una situación muy, muy crítica, y otros con apenas restricciones.

Finalmente, en la cuenca del Tinto Odiel Piedras se confirma un nivel de restricción del 25%. Aunque la dotación se empezará a contabilizar el 1 de abril, como pidieron los usuarios de riego. Los regantes de esta cuenca siguen pendientes de las autorizaciones de los pozos de sequías solicitados por las comunidades de regantes, que desde Feragua apoyamos. Como también apoyamos la demanda de agilización de los trámites de modificación de características de las CC.RR de Palos, El Fresno y Piedras- Guadiana, al objeto de adaptar las dotaciones de sus respectivas zonas a lo aprobado en el Plan Hidrológico del Tinto-Odiel y Piedras.

Asimismo, aprovechamos la ocasión para solicitar la urgente ejecución de la presa de Alcolea y el inicio de las negociaciones con el nuevo gobierno portugués para consolidar y aumentar el bombeo de Bocachanza, infraestructura clave del sistema hídrico de Huelva, una vez que la duplicación del túnel de San Silvestre ha iniciado su ejecución.