Desde Feragua estamos haciendo todo lo posible ante todos los ministerios implicados (Hacienda, Transición Ecológica y Agricultura) para evitar lo que consideramos una gran injusticia, a saber, que más del 60% del dinero recaudado por el sector arrocero con los contratos de cesión de derechos en una situación de absoluta excepcionalidad y desesperación por la imposibilidad de regar vayan a pasar a las arcas de la Hacienda Pública, vía impuestos.
Resulta además que los contratos de cesión están sujetos a una doble repercusión fiscal: por un lado, el Impuesto de Sociedades, que se carga a las Comunidades de Regantes, con un tipo del 25%; y por otro parte, el IRPF, que se le carga a los agricultores, con un tipo medio del 21%. Si a esto se le añade el IVA del 21%, lo que tenemos es que a los arroceros le queda menos de la mitad del dinero cobrado para compensar mínimamente sus gastos generales por no poder regar. La economía de supervivencia se convierte en economía de ruina absoluta.
Desde Feragua y las organizaciones representativas del sector arrocero se han dirigido cartas y se han mantenido reuniones con representantes de todos los Ministerios implicados. Esperamos que fructifiquen y sea posible mejorar la fiscalidad de los contratos de cesión de derechos.