Presas y balsas son, no obstante, fundamentales, especialmente en el Guadalquivir, donde los recursos complementarios tienen menor potencial de aplicación

Frente a la amenaza que representa la falta de garantía de agua para el sector agroalimentario, el estudio elaborado por Feragua con la colaboración de San Telmo Business School, advierte de la necesidad de inversiones que corrijan la adversa proyección hidrológica de futuro y apuesta por avanzar en un mix hídrico, con recursos de diferentes orígenes (superficiales, subterráneos, trasvasados y de la regeneración y desalación) suficientes y óptimamente integrados para atender las demandas, pero siempre teniendo en cuenta que los recursos complementarios tienen mayor potencial de aplicación en el litoral y que las soluciones para las cuencas de interior pasan por infraestructuras como presas y balsas de riego, que aumenten la capacidad de regulación, trasvases e interconexiones de recursos excedentarios que aumenten la disponibilidad de cuencas deficitarias, y obras de modernización de regadío, que ahorren recursos superficiales y permitan mejorar la gestión de los recursos hídricos disponibles especialmente en tiempos de sequía.

Según señaló José Manuel Cepeda, presidente de Feragua, en la inauguración de la jornada, a la que asistió Juan Francisco Muñoz, responsable del gabinete redacción de los planes hidrológicos de la Junta de Andalucía, la garantía de agua para todos los usos, y en especial para el regadío, “es clave hoy día, sobre todo tras la transformación de cultivos que está sufriendo Andalucía en los últimos años, donde el 75% de la superficie se destina a cultivos permanentes de arboleda, como: olivar, cítricos, frutos de hueso, almendros, arándanos y cultivos subtropicales de alto valor”.

El informe, que incide en la importancia de evitar el incremento de las demandas de riego mientras no se equilibre el déficit hídrico, excepto los contemplados en los planes hidrológicos, apuesta también por la renovación de infraestructuras del ciclo urbano del agua, que permita reducir pérdidas y fugas, y por fomentar la digitalización en todo el sector del agua con el fin de tener un control más detallado de las extracciones y conseguir cada vez más un uso eficiente y sostenible del recurso hídrico.