Esta reducción se producirá con siete meses de retraso de lo que hubiera sido lógico, pues ya en noviembre la Cuenca presentaba situación de escasez.

Como se aprecia en el mapa debajo de estas líneas, la parte baja de la Cuenca del Guadalquivir ha entrado ahora, por fin, en situación de sequía prolongada, aunque la mayor parte de la Cuenca sigue en verde, en situación de normalidad. Todo ello provocado por unos ridículos criterios para la declaración de la situación de sequía que deberían ser cambiados, como ya hemos solicitado en numerosas ocasiones.

La consecuencia de ello es que, a pesar de la escasez de agua, los caudales ecológicos no se han tocado, anteponiéndose así el ecologismo a las necesidades humanas. Ahora por fin van a poder reducirse, al menos en los sistemas de la parte baja, que ya sí han entrado en situación de sequía prolongada, de acuerdo a los criterios establecidos.

Una reducción que llega tarde, muy tarde, siete meses después de lo que hubiera sido lógico, pues ya en noviembre, la mayor parte de la Cuenca entró en situación de escasez. Urge, dada la situación actual de todos los sistemas de explotación con restricciones, que éstos entren en situación de sequía prolongada, con caudales ecológicos reducidos, para que se puedan ahorrar unos valiosos recursos hídricos para los usos prioritarios de abastecimiento, que pueden ser vitales en los próximos meses si continuara la sequía.