La situación hidrológica aconseja a tomar decisiones de siembra de cultivos de verano de baja demanda.

Mirar al cielo. Es lo que nos toca una vez más. Los próximos dos meses son claves para la determinación final de la campaña. Si no llueve, las restricciones serán dramáticas. Si llueve, lo serán un poco menos. De sequía podemos pasar a sequía catastrófica. Esperemos que no. Y como la esperanza es lo último que hay que perder, agarrémonos a los pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología que parecen apuntar hacia un mes de abril y mayo más lluvioso de lo habitual.

En concreto, Aemet, como se ve en el gráfico, concede un 40% de probabilidad al escenario de unas precipitaciones más intensas de lo normal. Un 35% de probabilidad al escenario de una primavera con lluvias normales. Y solo un 25% de probabilidad al escenario de una primavera más seca. Pero un 25% no es un cero por ciento. También podría darse esa tesitura.

En la misma dirección, la plataforma Andalmet, dedicada a informar sobre el tiempo en Andalucía ha pronosticado que abril y mayo estarán por encima de la media de lluvias.

Con esta situación hidrológica de falta de recursos se aconseja a todos los regantes del Guadalquivir con expectativas de tener fuertes restricciones en las dotaciones de la presente temporada de riego que tomen decisiones de siembra de cultivos de primavera de baja demanda hídrica.