Más allá del desacuerdo con regulaciones específicas, ha faltado tiempo y voluntad de diálogo.

Liderado por Fenacore, el regadío español ha votado en contra de dos reglamentos que se sometieron a votación en el pasado Consejo Nacional del Agua y que afectan al establecimiento de plantas fotovoltaicas en el dominio público hidráulico (en los embalses), y, por otro lado, en un cambio del Reglamento de Dominio Público Hidráulico.

En el primer caso, el voto en contra fue debido a nuestra oposición a que las presas o balsas de titularidad pública o privada adscritas a zonas regables estén sometidas sometidas al pago de ninguna tasa o impuesto. En el segundo caso, a una regulación relacionada con los aprovechamientos subterráneos de catálogo de aguas privadas y otra al procedimiento de apeo y deslinde del DPH, con las que no estamos de acuerdo. Tampoco estamos de acuerdo con que no se planteen caudales ecológicos mínimos en circunstancias de escasez con las actuales con fuertes restricciones para el regadío y unos caudales ecológicos que se desembalsan como si estuviéramos en circunstancias de normalidad hidrológica.

Más allá del desacuerdo específico en determinadas cuestiones, ha faltado tiempo y voluntad de diálogo. Otras dos normativas que se sometieron a votación sí contaron con el voto favorable de los representantes del regadío, entre los cuales estaba nuestro presidente José Manuel Cepeda, que va a remitir un voto de calidad al Consejo Nacional del Agua, justificando los votos negativos a ambas propuestas normativas.