Las externalidades positivas del regadío y las oportunidades de la transformación digital centraron el debate de la primera y segunda ponencia.

La primera ponencia fue dirigida por la subdirectora general de Regadíos, Cristina Clemente, y sirvió para subrayar algunos rendimientos de la agricultura de riego “no cuantificables en el mercado” pero “con un incalculable valor social y medioambiental”. “El regadío vertebra el territorio y fija población al medio rural, reduciendo los procesos de despoblamiento. Por otra parte, su poder de atracción económica produce una mejora de la calidad de vida del entorno en el que se implanta. Igualmente, se pueden mencionar los valores paisajísticos que genera, ya que es real que la agricultura de regadío genera interesantes aportaciones medioambientales al medio natural. Por citar algunos ejemplos, previene la erosión del suelo, consume CO2 y contribuye a la preservación de la biodiversidad. Finalmente, otra externalidad muy importante y de las más destacables es la de la seguridad alimentaria”, señala el texto de conclusiones de la primera ponencia, que incide, no obstante, en que, “a pesar de todo lo expuesto anteriormente, las administraciones deben seguir trabajando junto con los regantes en la modernización del regadío para adaptarlo a sistemas que obtengan el máximo rendimiento de cada gota de agua”.

Por su parte, la segunda ponencia, dedicada a nuevas tecnologías aplicadas a las comunidades de regantes, se dividió en dos partes. La primera, dedicada a transición digital, administración electrónica y comunidades de regantes, estuvo dirigida por Enrique Torrente Poveda, experto del Grupo TRAGSA. La segunda, sobre soluciones digitales aplicadas al riego agrícola, contó como ponente con José Luis Molina Zamora, presidente ejecutivo de HISPATEC. Entre otras conclusiones interesantes, se señaló que “la Transición Digital es una oportunidad de recuperación de activos que nunca deberíamos de haber perdido, como por ejemplo los sistemas de asesoramiento agrícola, esta vez ampliados con competencias digitales”. Asimismo, que la “digitalización integral de la fertirrigación es clave para la modernización de las explotaciones de regadío y facilitan en gran medida le mejora de la eficiencia en el uso del agua, reducción de consumos energéticos, integración de una mayor proporción de renovables de forma directa para autoconsumo y la reducción de la lixiviación de nutrientes (especialmente nitrogenados y fosfatados)”.

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