El desproporcionado incremento de los costes eléctricos, otra malísima noticia para la que demandamos soluciones urgentes.

En el balance de lo peor que nos ha dejado este primer semestre del año, nos tenemos que hacer eco principalmente de dos muy malas noticias: las restricciones generalizadas en toda Andalucía y en particular en la Cuenca del Guadalquivir y la desorbitante subida de los costes eléctricos, espoleada por un nuevo régimen tarifario impuesto por el Gobierno.

Restricciones del 50% en la Regulación General del Guadalquivir. La campaña ha sido durísima para la mayor parte del regadío del Guadalquivir. Todos los regantes de la Regulación General han tenido que apretarse el cinturón conviviendo con fuertes restricciones. Y todos sabemos lo que eso significa: tierras en barbecho, planificación de cultivos menos demandantes de agua y de menor rentabilidad y, en definitiva, pérdida de valor añadido, riqueza y empleo. Los arroceros solo han podido cultivar la mitad de sus tierras y el olivar apenas ha dispuesto de 1.000 m3/ha. En esta situación, desde Feragua hemos demandado la condonación de cánones y tarifas de riego para todas las zonas regables afectadas. Una medida que ya se concedió en los años 2006, 2007 y 2008, con una situación de sequía y dotaciones restrictivas iguales a la de esta campaña

Desmesurada subida de los costes eléctricos. A esta situación se le suma además el desbordante precio de la electricidad y el desgaste financiero que muchas comunidades y regantes están actualmente soportando a causa de sus proyectos de modernización de regadíos y de la apuesta por las energías renovables. El precio de la electricidad bate en el mercado récords históricos y el Gobierno ha añadido más fuego en este incendio con un nuevo calendario de tarifas eléctricas que supone un verdadero hachazo a la sostenibilidad del regadío. El citado calendario supone un incremento del 13% de las horas más caras (P1), y una disminución de hasta el 63% de las horas más baratas (P5 y P6). Además, se incluye un incremento de los cargos por exceso de potencia que representa una forma encubierta de obligar al sector a aumentar la contratación de potencia. Para evitar las penalizaciones desproporcionadas por un exceso o descuido puntual las comunidades se verán obligadas a contratar más potencia que la que necesitan. Aunque el impacto en cada comunidad de regantes será muy variable, estimamos que el incremento de la factura eléctrica podrá llegar hasta el 50% en algunas zonas regables y puede ser del 30 % de media. El IVA reducido y el cambio de potencias dos veces al año son medidas insistentemente reclamadas por Fenacore -ahora muy urgentes de aprobar- que consideramos totalmente imprescindibles para amortiguar el duro impacto del incremento de costes eléctricos sobre el regadío.