Pedimos una rectificación y sobre todo la adscripción al patrimonio de la Confederación de ambos embalses, la cual ahorraría casi todos los problemas.

En las mismas Juntas de Explotación, Feragua también ha expresado la “rotunda oposición del regadío”, a la subida del 36% planteada para el canon de la Breña II y Arenoso (de 24,85 euros/ha a 34 euros/ha), los cuales son gestionados por la sociedad pública ACUAES, dependiente como la CHG del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que dirige la Vicepresidenta Teresa Ribera. Se trata de un incremento que nos parece desproporcionado y sobre todo carente de toda justificación, además de tremendamente inoportuno y descontextualizado, pues tras una campaña marcada por las restricciones, hemos recibido menos recursos de estos embalses.

Conviene volver a recordar que los costes de explotación y conservación de estos dos embalses cuestan a los usuarios de riego exactamente el doble que el resto de embalses del Sistema de Regulación General, por lo que todos estos problemas; plazo de amortización en 50 años, costes de explotación desorbitados y repercusión de IVA abusiva y no ajustado a derecho, se esfumarían si ambas presas fueran adscritas al patrimonio de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por parte del Ministerio para la Transición Ecológica . Es la cesión de la promoción y de la gestión a ACUAES de ambas presas, la única razón de ese sobrecoste, el cual, de forma incomprensible, se repercute sobre los regantes.

Los gastos de conservación y explotación de los 17 embalses del Sistema de Regulación General suponen una media de 200.000 euros por embalse, mientras que en La Breña II y Arenoso estos gastos son de unos 550.000 euros, un 275% más. Además, el importe del canon del Sistema de Regulación General es del entorno de 60 euros por hectárea, algo más de 3,5 euros por hectárea en cada embalse, mientras que el canon de regulación de la Breña II y Arenoso supone un coste de 34 euros, es decir, 17 euros por hectárea en cada una de esas presas, casi cinco veces más. En nuestra opinión, es una barbaridad, y una cuestión a la que se debe poner una solución ya, además teniendo en cuenta que la amortización de las obras de la Breña II y Arenoso se realiza en un plazo de 25 años, mientras que en el resto de embalses del Guadalquivir y de España se hace en un plazo de 50 años.