Feragua insiste en sus alegaciones en la necesidad de nuevas obras hidráulicas que alivien el déficit hídrico estructural.

Planificar los escenarios de sequía y los criterios de definición de cambio de esos escenarios es necesario. Pero cualquier plan sobre sequías que no contemple medidas para prevenir sus efectos se queda cojo. De ahí que en sus aportaciones, nuestra Asociación haya vuelto a incidir en la necesidad de desarrollar inversiones hidráulicas que alivien el déficit hídrico estructural de las cuencas andaluzas.

En este sentido, pensamos que es hora de hablar sin complejos de un plan de aumento de la regulación en las cuencas andaluzas, desarrollado por las administraciones estatal y autonómica, que contemple todas las obras que por otra parte ya están planificadas. Es necesario asimismo impulsar un plan de aprovechamiento de los recursos no convencionales, como los procedentes de la desalación y de la regeneración, que no generen afecciones significativas sobre el medio ambiente ni sobre los aprovechamientos existentes, y procurando que los costes de explotación puedan ser soportados por los usuarios.

Igualmente, se hace preciso impulsar la ejecución de balsas de acumulación en comunidades de regantes, a fin de disponer de mayor garantía de recursos en periodos de sequías. Recomendamos igualmente promover un plan de modernización de regadíos en Andalucía enfocado a mejorar la competitividad de las explotaciones de regadío, que incorpore medidas de protección contra las especies invasoras y fomente el uso de energías renovables.
Por último, creemos que la administración debe apostar por una red de información en tiempo real, sustentadas en sistemas de información hidrológica (SAIH) y en sistemas de teledetección, que faciliten la optimización de la gestión y la planificación de los recursos hídricos.