Esperemos que tome cartas en el asunto de los obstáculos que las eléctricas y REE están poniendo para el desarrollo de las energías renovables en el mundo del regadío.

Teresa Ribera mantendrá las competencias medioambientales en el nuevo Gobierno PSOE-Podemos, competencias que adquirirán ahora rango de vicepresidencia y se unen a las del reto demográfico (reto que tanto, por cierto, tiene que ver con el regadío, la actividad económica que más contribuye sin duda a evitar el vaciamiento de la España rural).

Muy alejada de las posiciones de Feragua en algunas áreas y promotora de un Libro Verde de la Gobernanza del Agua en España que incluye recetas y conclusiones frente a las que nos sentimos en las antípodas, a la nueva vicepresidenta es necesario y justo reconocerle no obstante su apuesta más decidida por las energías renovables, y de forma particular la supresión del impuesto al sol, al calor de la cual (nunca mejor dicho) han empezado a desarrollarse algunos proyectos de renovables en el mundo de regadío, proyectos que aspiran a la eficiencia ambiental y económica, pues es de todos conocidos que el aumento de las tarifas y del consumo energético ha convertido esta factura en uno de las principales partidas de gasto por parte de las comunidades de regantes.

Sin embargo, y como ya hemos comentado aquí, el desarrollo de las renovables en el regadío está siendo obstaculizado por las grandes compañías y particularmente por Endesa y Red Eléctrica Española que están poniendo todos los obstáculos que pueden para que las comunidades de regantes puedan conectar sus plantas a la red y por tanto comercializar sus excedentes. Con la justificación de que la Red no tiene capacidad, se está produciendo un bloqueo al desarrollo de las renovables en el regadío, frente al cual esperamos que la ministra, ahora vicepresidenta, actúe con esa determinación, fe y convicción que se le atribuye en su apuesta por las energías limpias, fama, que todo sea dicho, hasta ahora tenemos que decir que le hace justicia.

De Teresa Ribera esperamos eso y esperamos también coherencia con la emergencia climática, como se la llama ahora, que demanda medidas estructurales para acabar con el déficit hídrico: obras de regulación y trasvases que serán inevitables y necesarias para enfrentar las consecuencias del nuevo patrón climático, con más lluvias torrenciales y períodos de sequía más amplios. Asimismo, le pedimos un impulso a la política de modernización del regadío, que se encuentra muy paralizada en los últimos años y necesita ser retomada para seguir avanzando en el uso sostenible del agua.

Sin novedades en Agricultura

Tampoco hay novedades en la otra cartera donde se dilucidan algunos de los intereses del regadío. Luis Planas seguirá como Ministro de Agricultura, lo que garantiza al menos un perfil solvente y con experiencia, necesario para los importantes acuerdos que el Ministerio tendrá que negociar en Europa, y especialmente la PAC 2021-27.