La extensión del mejillón cebra al Alto Guadalquivir vuelve a evidenciar los problemas en la aplicación y cumplimiento de las medidas de prevención.

Si nuestro último boletín informábamos de la llegada del mejillón cebra al embalse del Guadalcacín II, en la cuenca del Guadalete-Barbate, en Cádiz, nuevamente nos tenemos que hacer eco de otra noticia muy negativa relacionada con esta especie invasora: su aparición en el embalse de la Fernandina, en el alto Guadalquivir, en Jaén.

Resulta evidente que la aparición de estas especies en estos embalses tiene su origen en el uso de las embarcaciones náuticas de recreo y pesca, que se trasladan de unos embalses a otros sin las adecuadas medidas de limpieza, desinfección y prevención. Las administraciones han dispuesto medidas para evitarlo, pero la realidad es que no se están cumpliendo, pues de lo contrario la propagación se frenaría y no está sucediendo así.

Por ello, hemos de solicitar a las administraciones implicadas y en particular a la Junta de Andalucía, que concentra las mayores competencias en esta cuestión, que extreme las medidas de control y endurezca las sanciones si fuera preciso, pues hay que frenar como sea esta epidemia, que representa una de las mayores amenazas para el futuro del regadío andaluz.

Reunión de la comisión de seguimiento

Asimismo, desde Feragua hemos demandado a las administraciones estatal y andaluza la convocatoria urgente de la Mesa de Seguimiento constituida por ambas para luchar contra la propagación de las especies invasoras. Una mesa de seguimiento que hace más de un año y medio que  no se reúne, a pesar del alarmante crecimiento de estas especies por todas las cuencas andaluzas.