Se abre un nuevo ciclo político en Andalucía cuyos resultados en materia de regadío se verán con el tiempo. No obstante, la integración en una misma consejería de las competencias agrícolas y ambientales es una decisión acertada que desde Feragua ya habíamos reclamado, en cuanto conocimos la constitución de un nuevo Gobierno.

También nos ha parecido muy razonable la designación de Carmen Crespo como consejera de Agricultura, pues es una buena conocedora de la problemática del regadío y una “vieja” conocida de Feragua desde que, como alcaldesa de Adra, ocupara la presidencia de la Junta Central de Usuarios de la localidad, y, más recientemente, por sus responsabilidades como portavoz de la Comisión de Agricultura en el Parlamento Andaluz o de Delegada del Gobierno de Andalucía.

Queda por ver ahora cómo se despliega la nueva estructura de la Consejería y sus direcciones técnicas. Lo que pedimos a la nueva consejera es que se dispongan estructuras simples, claramente deslindadas de modo que no haya peligro de confusión o duplicación de competencias, y con profesionales con capacidad técnica al frente.

Ana Corredera, viceconsejera

Ana María Corredera, que en su última etapa trabajó en el Ministerio del Interior dirigido por Juan Ignacio Zoido, será la número dos de la Consejería a nivel político. Nacida en 1967 y licenciada en Traducción Francesa, ha sido concejal del Ayuntamiento de Antequera en dos ocasiones, diputada en el Parlamento de Andalucía desde 1994 y portavoz de Servicios Sociales, Innovación, Ciencia, Empresa y Universidad, y Sanidad, áreas todas ellas alejada de la Agricultura. Le toca por tanto ahora ponerse al día, y rápido, sobre agricultura y medioambiente – ahora con buen criterio se ha denominado desarrollo sostenible- , ámbitos en los que no es experta, aunque es hija de agricultor de regadío y por tanto, estamos convencidos que demostrará sensibilidad con el mundo rural y en particular con el regadío. Tiene fama de trabajadora por lo que estamos convencidos de que lo hará bien.

En todo caso, le pedimos a estas dos avezadas políticas andaluzas, que cuenten con Feragua para resolver y afrontar los importantes retos que tiene el regadío andaluz, caracterizado por las cíclicas sequías e inundaciones de nuestro clima mediterráneo, por ser innovador y eficiente en el uso del agua -más de 75 % es riego localizado- y por tener a las Comunidades de Regantes como gestores principales de los recursos hídricos de la región, donde hay que aprovechas tanto fuentes de agua convencionales (superficial y subterránea) como las no convencionales ( regeneradas, desalada) e integrarlas de forma racional, buscando un verdadero Desarrollo Sostenible.